Eduardo Manostijeras
Desde que me regalaron el libro 1001 películas que ver antes de morir me he propuesto ver una de las que he marcado al menos una vez a la semana (a ver si lo cumplo). Y es curioso que esta película nunca la había visto entera, o a lo mejor era demasiado pequeña para acordarme. De todos modos, me alegro de haberla visto ahora, porque aunque sea del año 91 es completamente atemporal. La historia de exclusión, aceptación, miedo y posterior rechazo es un clásico que nunca se agota.