La Bella y la Bestia

Por fin, el momento había llegado. Una de mis películas favoritas de Disney había sido readaptada en una versión de carne y hueso, y además estaba protagonizada por Emma Watson. Sin embargo, las expectativas que tenía puestas en ella no se cumplieron del todo, precisamente por culpa de la actriz. Y es que su falta de inexpresividad hizo que no viera a Bella, sino a Emma, y que me planteara cómo era posible que un dibujo animado tuviera más expresividad en la cara que una persona de carne y hueso. A pesar de eso, la gran similitud con la película original hizo que disfrutara de nuevo con la historia y las canciones.

Al readaptar un clásico de Disney como La Bella y la Bestia es necesario incluir algún elemento nuevo para actualizar la historia, y creo que eso lo han logrado. Indagar más en la trama de Bella y también en la de Bestia, así como darle un nuevo rol a la protagonista, son puntos a favor. El nuevo aspecto de personajes como Lumiére, Ding-Dong o la señora Potts también me gustó mucho, así como que incluyera elementos del cuento como la rosa que Bella le pide a su padre.

Las canciones de Gastón y el gran festín son simplemente espectaculares, y puede que incluso me gustaran más que las originales por la puesta en escena. Luke Evans como el malo de la película es simplemente genial, al contrario que Emma Watson, que en mi opinión deja bastante que desear en cuanto a emoción se refiere. Prefiero mil veces el carácter del personaje en la versión animada que en la de carne y hueso, porque está como reprimida, a pesar de mantener esa personalidad soñadora y luchadora. El añadido del personaje gay no lo veo mal, pero tampoco creo que fuera necesario modificarlo, aunque está bien incorporado a la trama.

Respecto a los nuevos elementos que hacen de La Bella y la Bestia una nueva película, como las canciones o la mayor profundidad que se le da a la trama o a los personajes, no me decepcionaron del todo. Aún así, los nuevos temas resultan un tanto extraños al espectador -como el número en solitario de Bestia-, y algún que otro comentario simplón fuera de lugar no me parecieron adecuados. Pero por el resto, disfruté mucho de esta nueva versión, especialmente porque, al igual que con la Cenicienta o Maléfica, Disney está demostrando que tanto en las relaciones de amor como de odio hay mucho más  trasfondo de lo que mostraban las películas originales.

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