Ad Astra, el viaje de Brad Pitt por el espacio

Que Brad Pitt es un gran actor es algo indiscutible. Y que sea buen intérprete no significa que siempre haga buenas películas, a pesar de que haga un gran papel en la misma. Ya le sucedió en Érase una vez en... Hollywood, última película de Tarantino que ni de lejos es tan buena como la pone la crítica, y en la que Pitt pasa un poco desapercibido por el papel que le toca hacer. Y le ha vuelto a pasar de nuevo en Ad Astra, donde a pesar de hacer un gran papel, el guión deja algo que desear. 

En esta aventura por el espacio, Pitt encarna a un astronauta, el comandante Roy McBride, con evidentes problemas para relacionarse socialmente y al que le encargan una misión: encontrar a su padre, un héroe que hace años se perdió al final del sistema solar, y del que creen que está enviando una radiación desde su nave que está causando estragos en la Tierra. El argumento es tan simple como ese, un hijo que debe reencontrarse con su padre para salvarse a sí mismo y a la humanidad. Sin embargo, la manera de narrar la historia deja bastante que desear.

Aunque al principio empieza de una manera espectacular, la película no llega a ninguna parte hasta el final. El astronauta, que cuenta su propia historia a través de una voz en off, se siente más cómodo en el espacio que en la Tierra, rodeado de personas. Todo ello está causado por el abandono de su padre, que decidió explorar el universo, motivo que a su vez provoca que, en ese sentido, el protagonista quiera ser como él. Y a pesar de que McBride reniega de su padre una y otra vez, no deja de repetir sus mismas acciones.

Lo más interesante que muestra la película es la colonización de la Luna y Marte, donde hay personas viviendo y que suponen lugares de paso del viaje del astronauta. No obstante, no influyen para nada esas paradas en el camino, pero sí plantea al espectador un tema que se debería abordar más en profundidad. El hecho de que la película no se ambiente en un determinado año es un punto que me gusta, ya que solo pone de relieve que se trata de un 'futuro cercano'.

Y sin embargo, a pesar de contar con una tecnología espectacular que permite vivir en el espacio, Brad Pitt debe embarcarse en dos naves para llegar hasta Marte, planeta desde el que envía el mensaje a su padre. Esa parte es poco creíble y puede desmerecer toda la película, porque si el motivo para que el astronauta viaje tan lejos es para enviar un simple mensaje que seguro podía enviarse de la Tierra, el film dejaría bastante que desear.


Pero el tema principal es cómo el comandante tiene que dejar atrás a su padre -literalmente- para poder avanzar en su vida. Los traumas del abandono, que nunca ha superado, le han hecho ser el hombre que es, y basar tu existencia en las acciones de otra persona no es lo más adecuado. Por eso, al final de todo se me queda en una película de un hijo y un padre que tienen que reencontrarse para poder dejar el pasado atrás, solo que contada en el espacio.


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