Por qué The Bold Type es la serie feminista que necesitábamos

Cuando leí la sinopsis de The Bold Type por primera vez en Prime Video dije: "Vale, es totalmente para mí". Decía algo así como "tres chicas veinteañeras trabajan en una revista de moda mientras lidian con los temas feministas actuales". Y pensé "bien, voy a ver qué tal". Y vaya si fue bien la decisión, porque durante los dos meses siguientes se convirtió en mi obsesión.

The Bold Type ha pasado algo desapercibida en España hasta que Netflix se hizo con los derechos apenas unas semanas después de que yo la descubriera en la plataforma de Amazon. Tras esto, su éxito se catapultó y se convirtió en las series más vistas del momento, y hasta se escribieron varios artículos sobre ella (comparándola, indudablemente, con Sexo en Nueva York o con Girls). Nada más lejos de la realidad. The Bold Type es la serie feminista que necesitábamos porque es consciente de que es, y debe ser, feminista. Porque está al día de los temas a tratar, porque los narra de una forma que no pretende adoctrinar ni dar lecciones a los que todavía no ven las cosas como nosotras, no tiene la superioridad moral de decir "esto es lo que hay que hacer".

Sus protagonistas, más allá de la vestimenta propia de las series que usan la moda como un personaje más, son chicas reales, actuales, con las que fácilmente te puedes ver identificada. Yo, como no podía ser de otra manera, soy muy Jane por varios temas (por edad, afinidad, periodista, etc.). Pero también me encantaría ser más como Sutton o como Kat. Al contrario que me pasaba con Girls, con las que no me identificaba con ninguna de las protagonistas, puedo ver algo de mí en cada una de las tres amigas, o al menos algo inspiracional. Y eso es lo que me gusta de la serie, que puedes querer ser como ellas y a la vez, ya ser como ellas.

Las protas

Jane, Sutton y Kat son las tres amigas que protagonizan esta serie, de la que no sabría decir muy bien de qué va. ¿De feminismo? ¿De amistad? ¿De actualidad? ¿De problemas reales de las mujeres? Va de todo eso y más. 

Uno de los recursos habituales de la serie, y que han sabido usar muy bien, son las redes sociales a través del personaje de Kat, ya que es la responsable de social media de la revista. Si bien es cierto que no conozco a nadie con la valentía, el arrojo y la seguridad que tiene ella en su trabajo, y en general, en su forma de ser, sí que pienso que hay chicas que son así, y no por ello son odiosas. Corría el riesgo de que Kat me cayera mal a la larga por tratar siempre los temas "importantes" (delicados, tal vez), pero han sabido hacerlo de tal forma que precisamente los críticos del feminismo no puedan rechistar, porque les echa sus argumentos en cara y además los rebate con asombrosa facilidad.

En cuanto a Sutton, la entiendo perfectamente. El papel de la eterna ayudante en una redacción de moda, que aspira a ser mucho más, a dedicar su vida a ese mundo, y lo difícil que es lograrlo...Tienen que pasar literalmente años para conseguir lo que quiere, y es más "fácil" lograrlo porque ya está dentro de la redacción. Sé que puede haber "brujas" como su jefa porque he estado en una redacción de moda. Sé que el armario de la ropa es real (no tanto si sirve para llorar las penas sin que nadie te vea), sé lo que es ver a modelos irreales en las que no te ves representada, y sé lo que es querer más y dedicarte a lo que verdaderamente te gusta hacer. 

Y también sé lo que es querer un día una cosa, probar, ver que no es lo tuyo y cambiar de nuevo de opinión. Porque he aprendido que en eso consiste la etapa de los 20 a los 30, en descubrir lo que quieres ser. Y es eso justamente lo que cuenta la historia de Sutton.


En cuanto a Jane...Ay, Jane. Soy tan ella. Esa forma que tiene de entrar en el primer capítulo diciendo "ya soy redactora y no becaria". Escribir sobre temas de los que no tiene ni idea y con los que incluso se encuentra incómoda, ser tan cohibida, beber vino como si no hubiera un mañana para arreglar tus problemas...Y cómo no, el temor a heredar el cáncer de mama familiar y no sentirse a gusto con sus pechos. Me veo tan, pero tan reflejada en ella. No sé si le pasará a más mujeres -espero que sí-, pero yo he sentido una conexión con ese personaje como con ninguno en mucho tiempo. 

Estilo

Una de las cosas que caracteriza a The Bold Type es el estilo de cada una de ellas. Si bien Jane suele vestir sobria y de tonos negros cuando hay algún evento importante, Sutton suele arriesgar más, pero a la vez es capaz de mantener un estilo clásico y formal, dándole ese toque único que debe representar su amor por la moda. Kat es un caso aparte en todos los sentidos. En cuanto a su estilismo, es tan eclético como ella y va variando según va creciendo personal y profesionalmente. Suele arriesgar mucho con los colores y las combinaciones de estampados, los pendientes y los peinados, convirtiéndola en el foco de atención casi sin querer serlo.


Música

La banda sonora de la serie es un alegato feminista constante. Todas las canciones que suenan en los capítulos están cantadas por mujeres, de esas que te motivan y empoderan y hacen que te creas que estás protagonizando un videoclip. Ya hay artistas femeninas de sobra para que puedan ser la música de una serie entera y empoderar a las espectadoras mientras las escuchan.


Dirección

Lo bueno de esta serie es que tanto dentro como fuera de ella es totalmente feminista, en el sentido de que las creadoras son todas mujeres. Obviamente hay nombres masculinos, pero la historia original parte de una mujer, Sarah Watson, los episodios están escritos -en su gran mayoría, a excepción de tres nombres- por mujeres, dirigidos por mujeres, producidos por mujeres. Con polémica incluida por parte de la actriz que interpreta a Kat, -como no podía ser de otra manera-, por no contar con suficiente representación negra detrás de las cámaras. Una reivindicación que no se cansará de hacer hasta que verdaderamente haya igualdad en todos los sentidos.

Temas

Sexualidad, lesbianismo, bisexualidad, matrimonio, maternidad, abortos, abuso de poder... Son solo algunos de los temas que tocan los capítulos a través de las cuatro temporadas, y como decía, lo hacen sin adoctrinar, más bien al contrario. Presentan la historia, la polémica, las emociones que provoca dicho tema en cuestión, la solución y la respuesta. A veces sale bien y a veces sale mal, como la vida real. Aunque obviamente lo que queremos ver en una serie, aparte de que nos entretenga, es que todo salga bien. Sin embargo, en ciertos aspectos es tan real como la vida misma, porque no todo siempre es de color de rosa, y menos en tema de feminismo donde hay tantos puntos de vista diferentes, aunque todos persigan el mismo objetivo.

Cabe señalar que los últimos episodios (a falta de que salga la quinta temporada) se enturbian un poco, porque el drama es la tónica general durante varios capítulos. Y aunque parezca que ya estamos acostumbradas a todo, queda un último toque que lo pone todo patas arriba y te deja con mal sabor de boca, porque es de esos momentos que te dice la verdad a la cara, con todo lo que ello conlleva.


Los jefes y los secundarios

Otro aspecto a destacar de la serie es que la jefa de la redacción Jacqueline es la jefa ideal. Si en el primer capítulo parece que va a ser la típica cabrona, pronto descubres que no es así. Es alguien que les impulsa, les acompaña, les apoya y comprende al mismo tiempo que les dirige. Lo mismo ocurre con Oliver, que más allá de representar al típico mandón del departamento de moda llega a ser un verdadero amigo de Sutton. Una relación un poco inusual, hay que decir, porque llega a ser muy personal, pero también muy profesional al ayudarla a crecer.

En cuanto a los secundarios, en ocasiones están más de apoyo y en otras tienen sus propias tramas, lo que no sé si me gusta o no lo veo necesario. Por ejemplo en el caso de Alex y de Andrew (que además son dos representaciones masculinas alejadas de lo que estamos acostumbradas a ver; uno por replantearse su masculinidad y otro por introducir el elemento drag en la serie), son historias que van fluyendo en medio de las tramas principales y que también tocan temas importantes. Y por supuesto Adena, sin quien Kat no hubiera evolucionado tantísimo a lo largo de la serie (metida en política y todo, cabe mencionar).

En resumen

Si quieres entender los principales temas del feminismo actual, sus polémicas y planteamientos para solucionarlos, mientras ves cómo tres chicas se apoyan incondicionalmente y visten de maravilla, The Bold Type es tu serie. No puedo más que recomendarla a todo el mundo que quiera entendernos un poquito mejor a esta generación que no va a parar de revindicar lo que cree justo y necesario.



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