El abuelo que saltó por la ventana y se largó
Original y divertida. Es lo que pensé cuando salí del cine. El abuelo que saltó por la ventana y se largó es una película sueca basada en el libro con el mismo nombre. Tenía ganas de leérmelo pero no he tenido ocasión, y no creo que después de ver la película vaya a hacerlo.
Allan es un señor mayor al que desde pequeño le ha gustado hacer explotar cosas. La historia comienza cuando el viejo va a cumplir 100 años en una residencia de la cual decide fugarse antes de que le lleven la tarta de cumpleaños. Sin saber muy bien cómo se ve envuelto en una trama criminal, con toques muy cómicos y un poco de humor negro.
Creo que uno de los puntos fuertes es que no es predecible. El espectador (si no se ha leído el libro) no sabe qué va a pasar a continuación. Y eso me gusta, porque estoy cansada de las historias cuyo final sabes antes de llegar a la mitad de la película. Además, la inocencia de la que está envuelta el protagonista hace que te replantees cómo la ignorancia le hace acabar bailando con dictadores, ayudando a elaborar la bomba atómica o siendo un espía de la CIA.
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