Merlí

Es una de las mejores series españolas que he visto últimamente (sí, ya sé que es catalana), y no sé porqué no se le dio la importancia y el espacio que merecía en la televisión a nivel nacional. Es realista, directa y rara vez pierde el norte. Se mantiene fiel a su esencia con un protagonista único en su especie: un profesor de Filosofía algo cabroncete que dice lo que piensa y que invita a la revolución.


Merlí es, casualmente, el profesor de su hijo Bruno en Bachillerato, con el que vive junto a su madre, una reputada actriz que es la típica abuela catalana, según me han dicho. Su llegada al instituto trae un gran alboroto porque los chavales nunca habían tenido a ningún profesor así, y menos aún que les hiciera pensar, reflexionar y cuestionarlo todo. Y eso es, en el fondo, lo que debería hacer cualquier buen profesor.

La serie no solo critica el sistema educativo, sino la sociedad actual en su conjunto. Cada capítulo trata de un filósofo, y Merlí trata de hacerles ver a sus alumnos el pensamiento de cada autor aplicado a la actualidad. Así, la trama gira en torno a lo que piensa dicho filósofo, centrándose en uno o varios personajes. Aunque el gran protagonista es Merlí, éste no sería nada sin las desventuras de sus alumnos adolescentes. Conecta bien con ellos y hace que quieran contarle sus problemas. Hasta que en cierto punto se cansa y decide alejarse un poco.

A lo largo de las tres temporadas, los personajes principales se mantienen, excepto la salida de dos secundarios que daban mucho juego con el tira y afloja que tenían con Merlí. Las nuevas incorporaciones llegan en el momento justo y encajan bien con las tramas. No obstante, para ser una serie de instituto creo que muere demasiada gente (una muerte es especialmente absurda).

Sin embargo, a pesar de mantener el nivel a lo largo de la serie, ésta decae en el capítulo final. El gran desenlace dramático que le dan es innecesario. Y el salto hacia adelante sobra totalmente. ¿No podía terminar el curso y así la serie? No, sería un final demasiado previsible, y por supuesto ésta no lo es. No es ni Compañeros, ni Al salir de clase ni Física o Química. Es mucho mejor que todas ellas, porque a pesar de tener todos sus líos entre ellos, también refleja situaciones de la vida real. Eso sí, en un espacio reducido de 20 alumnos a los que les pasa absolutamente de todo y en el que es imposible guardar un secreto (¿cuántas veces se repite a lo largo de la serie lo de 'me lo ha dicho fulanito'?).

Pero ahí reside parte de su encanto, en cómo trata ciertos temas: el amor, el sexo, la amistad, el engaño, la homosexualidad, el adulterio, la relación con los padres, la rebeldía propia de la adolescencia e incluso el independentismo...Y sin ninguna ñoñería ni dramatismo, al contrario, de una forma cercana y real. Eso es lo que hace de Merlí una gran serie contemporánea.

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