Un lugar tranquilo

Imagina que, de nuevo, los alienígenas invaden la Tierra. Pero en esta ocasión no puedes gritar de miedo porque te comerán rápidamente. Hay que sobrevivir en silencio, sin un solo ruido, y eso es lo que trata de hacer la familia protagonista de Un lugar tranquilo, que cuenta con una pequeña ventaja en esta desafortunada situación: una hija sorda que les permite comunicarse mediante el lenguaje de signos.

Así, en este mundo postapocalíptico, encuentran un hogar en el que tratan de convivir con los extraterrestres sin que les oigan. Pero si esto no sucediera, la película no tendría gracia. Y es entonces cuando se pone verdaderamente emocionante.

TENSIÓN es la palabra que mejor resume la hora y media que dura la película. Te contagias de sus intentos de no hacer ruido hasta el punto en el que te da cosa comer palomitas por si resuenan por toda la sala. (De hecho, a un señor le molestaba tanto el ruido de la bolsa de patatas fritas de la de detrás que se cambió de sitio).

Además, en cierto momento -el del cartel-, la madre, interpretada por Emily Blunt, vive una situación tan dramática que a partir de entonces el filme no te da ni un respiro, al igual que no se lo da a ella. Creo que es una de las mejores escenas de miedo y tensión que he experimentado nunca viendo una película. Una película que califican de terror, y que sin embargo no llega a dar miedo, pero sí sientes esa angustia que sienten los protagonistas. Muy recomendable.

Comentarios

Post populares

El color en La La Land: las emociones de Mia a través de su vestuario

En el interior de Pixar

Whiplash