Regresión

Ambientada en los años 90 en Minnesota, un detective de policía investiga los supuestos abusos que ha sufrido una joven a manos de su padre. A partir de este caso se descubrirá un secreto mayor, en el que todos los habitantes de la ciudad se convertirán en sospechosos.

Bajo esta premisa parte Regresión, la última película de Amenábar que, a pesar de estar bien contada, te deja bastante decepcionado/a al salir del cine.

El título de la película hace referencia a un método psicológico a través del cual un sujeto es inducido a recordar cosas que supuestamente están bloqueadas por la mente. El padre de la joven se someterá a él para ser capaz de recordar los abusos de los que le acusa su hija.

La idea con la que comienza la película y el tratamiento que se le dan están bien desarrollados y ambientados, pero a medida que avanza la película y se descubren los ritos satánicos a los que someten a algunos habitantes del pueblo, hace que la misma historia empiece a desvariar.

No es que la idea de que haya gente del pueblo que realice estos ritos no sea creíble. De hecho toda la intriga y el suspense que rodea a este tema está muy bien hecho. La paranoia que se crea entorno a los ciudadanos y el propio policía hacen que quieras descubrir lo que está pasando.

Pero lo que pasa es que el final te echa un jarro de agua fría sobre la cabeza. Y es con esa sensación de desasosiego y decepción con la que te vas tras acabar la película, y no con la forma en que está construida, que es lo bueno de la misma.

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