Star Wars: El despertar de la fuerza



Ya he aprendido a ir con pocas expectativas a las películas para no llevarme una decepción, y con la nueva entrega de Star Wars lo he conseguido. Era inevitable tener en mente las películas anteriores (las buenas, las originales), por lo que también era difícil no intentar compararlas. A pesar de ello, he salido contenta del cine, aunque con varios peros.

La historia se sitúa años después del sexto episodio, cuando de nuevo, los Jedi han sido relegados a una leyenda. Pero como el propio nombre de la película indica, hay un despertar de la fuerza. Y tiene una protagonista que me encanta.

Es complicado comentar la película sin destriparla. El misterio de por qué Luke no sale en el cartel se resuelve en las primeras líneas amarillas características de la saga. 

Al comienzo de la película nos volvemos a remontar a un planeta desierto, pobre y chatarrero, donde empezará  la aventura de Rey, la protagonista, quien encontrará a ese pequeño robot tan mono, el cual lleva un mensaje secreto que sólo puede rebelar a los miembros de la Resistencia.

¿Y por qué vuelve a haber Resistencia? Porque el lado oscuro nunca ha desaparecido. Ahora se llama la Primera Orden, donde hay varios líderes malos. El más característico, el de la espada láser roja (que es el chico de Girls), resulta ser alguien sorprendente y que persigue el mismo objetivo que los malos de las ediciones anteriores: destruir a los Jedi. Además, el que es malo es malo, por lo que no sé por qué Han Solo confía en él y se acerca tanto. Será por la conexión que les une, y que no rebelaré aquí.

Y luego está el líder supremo, que me recuerda más a un personaje de Star Trek que de Star Wars. De hecho, se nota la presencia en la dirección de J.J.Abrams -el mismo en retomar la saga de Star Trek-, precisamente en este ser y en las escenas de naves y lucha en el espacio. Tampoco sé por qué se esfuerzan en destruir planetas constantemente. Es repetir la misma historia con distintos artilugios.

Por otro lado, quería rescatar a personajes míticos de la saga, como Leia, Han Solo, Chewbacca, C3PO o R2D2 (aunque los robots aparecen más bien poco). Sin ellos, la conexión que intenta que tenga esta nueva entrega no tendría sentido. Porque en definitiva, es lo que pretende El despertar de la fuerza, retomar la historia del Episodio VI, pero bajo mi punto de vista no lo consigue del todo. No lo logra porque el motivo que impulsa la búsqueda de Luke es insulso. ¿El lado oscuro vuelve y él decide esconderse porque se siente culpable? No tiene mucho sentido. Es una nueva historia, al fin y al cabo.

Lo que sí que me ha gustado -y mucho- es que la protagonista sea una chica. Que ella tenga la fuerza es un puntazo. Demuestra que, al igual que Leia en su momento, las mujeres ya no necesitan ser rescatadas por los hombres, aunque se esfuercen por mostrar esa faceta a través de Finn. 

Otro de los puntos que están mejor en comparación con las últimas entregas, es que los efectos especiales no tienen tanto protagonismo, cosa que agradezco, porque suelen dejar la historia en un segundo plano, y esto no ocurre en el séptimo episodio.

También me ha gustado volver a ver a Han Solo y comprobar que sigue teniendo el mismo carácter que antes, pero Leia parece como preocupada constantemente. Se utilizan a los personajes para conectar con el público y a la vez unir historias, cosa que funciona a medias, como ya mencioné arriba. El piloto es otro de los personajes que me ha llamado la atención, y por supuesto los planos de las naves luchando son espectaculares.

En definitiva, no es una mala película, intenta seguir la línea de las anteriores pero sin alcanzarlo. Deja el final abierto (obviamente) para las nuevas entregas, y retoma varios elementos como la destrucción de los planetas, las venganzas familiares y el héroe, que en este caso es una heroína, que comienza a descubrir de lo que es capaz. Espero que en la próxima película la historia arranque del todo y que se expliquen más cosas de este Episodio VII.

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