El libro de la selva

Pocas veces un remake supera al original, pero la nueva versión de El libro de la selva que Jon Favreau ha hecho del clásico de Disney, es mucho mejor que la película de animación. Por lo menos para mí, que no tengo muy buen recuerdo de la cinta que vi cuando era pequeña (quitando las canciones, por supuesto). 

Es increíble el trabajo que han realizado para dar vida a través de un ordenador a los animales salvajes y a la jungla. Les han dotado de una humanidad y de unos detalles que hacen que te olvides que es una película destinada al público infantil.

El niño protagonista lo hace genial, dotando a Mowgli de un carácter rebelde y aventurero que no recordaba que fuera tan fuerte en la película original. Él es el único humano que aparece en toda la historia, ya que el resto de sus compañeros de viaje son lobos, una pantera, un oso, una serpiente y un tigre que le persigue incesantemente. Un Shere Khan que de verdad atemoriza y que mata sin compasión.

Lo que no me convenció (y fue una parte que tampoco recordaba de la primera cinta de Disney), fue la parte de los monos y el rey Louie. Éste, más que el rey de los monos, parece una versión suavizada de King Kong, y la forma de introducir 'Quiero ser como tú' no es la más acertada. Mientras que en la de dibujos es una escena divertida, en el remake (o reboot) es un tanto siniestra, porque Louie quiere dominar el fuego y para eso necesita atrapar a Mowgli para que le enseñe a utilizarlo.

A pesar de esto, El libro de la selva me encantó por cómo está actualizada la historia, por los mensajes que tiene y por lo bien que está hecha. Tanto, que estoy deseando que el director se ponga manos a la obra con la nueva versión de El rey león, que, en esta ocasión, sí que será muy difícil de superar.

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