El Rey León

Es difícil comentar una película cuyo comienzo, una de las mejores escenas, te has perdido por llegar tarde al cine, en una sala abarrotada con gente entrando durante los primeros 20 minutos, niños hablando y sonidos de comida masticándose. Es complicado, pues, meterse de lleno en la historia si no la pillas desde el principio y si te están distrayendo continuamente. Dicho esto, para asentar las bases de la que es mi crítica de El Rey León, he de decir que la de dibujos de 1994 le da mil vueltas a esta nueva versión, realizada, eso sí, con una gran destreza técnica y un despliegue del CGI espectacular, de la mano de nuevo de Jon Favreau, quien ya me sorprendió con El libro de la selva.


Es inevitable comparar el remake con la original, incluso con el filme de la selva. Mientras que ésta mejoró la versión de 1967, la de la sabana pierde toda su magia precisamente por el exceso de realismo, sobre todo de los animales. Al querer hacerlo todo tan real -colores de paisajes y expresiones faciales animales- la creatividad que permitía la animación desaparece, tiñéndolo todo de un apagado tono marrón, amarillo y verde soso que dista mucho de las grandes escenas musicales que caracterizan a El Rey León.

Así, toda la explosión de colores y animales de ‘Yo voy a ser el rey león’, así como una de las mejores canciones de un villano de Disney, ‘Preparaos’, pierden toda su esencia. A esto hay que añadir los excesivos gorgoritos que hace el responsable del doblaje del Simba de niño, aunque mejora cuando da el salto a adulto y canta 'Hakuna Matata' con Timón y Pumba.

Sin embargo, la película se precipita con la llegada de Nala, acelerando los acontecimientos. De repente es 'La noche del amor' sin ser noche, Simba no quiere recordar el pasado pero se reencuentra con su padre y recapacita, etc. Pero de nuevo, vuelve a subir el ritmo con la batalla final, más espectacular que nunca, dejando así el listón alto.

Es, por tanto, una película con altibajos, que resta de la original y que, sinceramente, no hacía falta ser recontada. Definitivamente me quedo con la de dibujos.




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