Spider-Man: Lejos de casa

En el infinito universo de Marvel es complicado estar al día si no se es un fan acérrimo. Yo, aún sabiendo esto y sin haber visto Vengadores: End Game, más o menos sé por dónde van los tiros: películas conectadas entre sí, fases con nuevos superhéroes, nuevas sagas, etc. Por eso, si vas a ver Spider-Man: Lejos de casa sin tener en cuenta estos antecedentes, es posible que te pierdas un poco con la historia. Y aún así no deja de ser una gran película en sí misma, con unos efectos especiales alucinantes, acción, comedia, romances adolescentes... 

Nada más comenzar la película ya nos explican qué ha sucedido (spoilers incluidos si no has visto la anterior de los Vengadores). Dos jóvenes detallan en el informativo del instituto que ha habido un lapso de tiempo provocado por las desapariciones (muertes) de la mitad de la población mundial, pero que los Vengadores consiguieron 'arreglar' trayéndolos de nuevo pero cinco años más tarde (o algo así. Tendré que ver End Game).

Algo por lo que se vio afectado el propio Spider-Man, que junto a su jovencísima tía May participa en reuniones de apoyo para quienes sufrieron este lapso. Pero Peter Parker quiere continuar con su vida y disfrutar del viaje que tiene planeado con sus compañeros de instituto por varios países de Europa. Obviamente esto no será tan fácil, especialmente cuando Nick Furia se pone en contacto con él para luchar contra una nueva amenaza.

El joven, centrado en demostrarle lo que siente a MJ, quiere olvidarse de su faceta de superhéroe, hasta que se ve cara a cara con el peligro: los Elementales, unos seres mitológicos creados de las fuerzas primarias de la Tierra -agua, viento, tierra y fuego-. Pero pronto contará con la ayuda de un nuevo superhéroe, Mysterio, cuyos poderes recuerdan mucho a los de Doctor Strange. Juntos lucharán por salvar al mundo una vez más... hasta que la trama da un giro -y lo complica todo también-.

Esa capacidad que tiene Marvel de combinar acción, comedia, sentimentalismo y giros de guión sigue sorprendiéndome. Esto, sumado a unos efectos especiales espectaculares, que juegan con el propio espectador haciéndole creer cosas que no son, al igual que a los protagonistas, me parece muy interesante. Además, llevar al extremo una tecnología que actualmente está avanzando rápidamente -los drones-, haciendo a su vez una crítica de la sociedad en la que vivimos a través de pantallas que no nos muestran la realidad, sino una realidad, creo que también es un gran punto a favor. 

Al menos, esa es la vuelta que le he dado a la que no deja de ser una película de superhéroes, pero que creo que lleva implícitos otros mensajes. Y es precisamente ahí, en esa combinación de factores, donde reside el éxito de este film.


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