El Camino, la película de Jesse Pinkman de Breaking Bad

¿Qué pasó con Jesse Pinkman cuando terminó Breaking Bad? Sabemos que su maestro Walter White tuvo su inevitable final, pero su compañero de aventuras no tuvo un destino claro. La película de una de las mejores series de la historia trata de resolver esta pregunta, ahondando de nuevo en la miserable vida del joven, que ha sufrido de todo y más por el camino hasta su ansiada libertad.

El Camino se sitúa tras los acontecimientos del final de Breaking Bad, en el que (SPOILER) Heisenberg acaba con todos sus enemigos tendiéndoles una trampa en la que son fusilados con distintas metralletas automáticas. Todo un final a la altura de una gran serie que también terminó con su protagonista, uno de esos antihéroes que quedan para siempre en la memoria. En ese momento Pinkman es liberado de su cautiverio, y es a partir de ahí cuando nos reencontramos con él. Éste quiere alejarse de todo lo que ha vivido lo más rápido posible para que no le capture la policía, por lo que se va moviendo para conseguir dinero...y venganza.

Lo mejor de la película es la evolución que refleja el personaje de Jesse Pinkman y que además se deja ver con los flashback al pasado en el que él y Heisenberg trabajaban juntos. La actitud no es la misma, ahora parece un animal maltratado que quiere huir de sus captores y recuperar su vida. Y en eso se centra la historia, pero con recuerdos, planos y escenarios ya conocidos por los que han visto la serie.


En ocasiones el pasado y el presente se entremezclan y confunden, pero es parte del encanto de este tipo de narración. Y ese momento con esa aparición especial hace que te invada la nostalgia pero que no eches de menos al viejo Jesse. El de ahora es casi mejor a pesar a lo mal que está, pero los problemas son algo que siempre le han perseguido y caracterizado. Desde luego, el otrora cocreador de metanfetamina tiene el final que se merecía después de tanto sufrimiento.


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