Zootrópolis

Las películas de Disney siempre tienen varios mensajes de fondo. En el caso de Zootrópolis son que todo el mundo puede conseguir lo que se proponga, que hay que ser respetuoso con los demás, y que no pasa nada por ser diferente. O al menos esas son algunas de las conclusiones que saqué yo. Pero esto es solo la parte 'bonita' que muestra Disney, porque también hay gente que quiere hacerse con el poder cueste lo que cueste...


Y eso es lo que ocurre en Zootrópolis, una ciudad habitada por animales que han evolucionado vistiéndose como personas y dejándose de comer unos a otros. La historia trata de una coneja que quiere ser policía, pero que se enfrenta a la cruda realidad. Y es que ningún conejo había sido policía hasta entonces. Suelen serlo los depredadores, aunque ya no lo son, porque no cazan.

Judy, la protagonista, acabará colaborando con un zorro para desentramar lo que está ocurriendo en la ciudad: los depredadores se están volviendo salvajes. Todo ello acompañado de toques de humor y referencias al cine como El Padrino o a series como Breaking Bad (esta última me encantó).

Aunque a simple vista pueda parecer una película de animación, lo cierto es que también muestra cierta crítica a la corrupción, la desigualdad o la intolerancia. Puede parecer muy infantil al estar protagonizada por animales, pero si la ves desde una perspectiva más adulta te das cuenta de más cosas. La recomiendo para pasar un rato entretenido, y sobre todo, reírte.

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