Museo de Bellas Artes de Bilbao de la A a la Z

El Museo de Bellas Artes de Bilbao está de aniversario, y para celebrar sus 110 años ha organizado la exposición ABC. El alfabeto del Museo de Bilbao de la mano del escritor vasco Kirmen Uribe, quien ha seleccionado las obras que se exponen a través del alfabeto. Además, el folleto y el libro de la muestra incluyen los textos del autor, combinando así arte y literatura en un mismo espacio. Porque si algo caracteriza a esta exposición son los conceptos que aúna cada sala: desde el Arte hasta el Zubi (puente en euskera), el que pretende servir de conexión entre el arte y la ciudad de Bilbao que lo alberga.



Como no podía ser de otra manera, la exposición comienza con la palabra Arte, en una sala en la que se encuentran las primeras expresiones artísticas de la historia: los dibujos que hacían los primeros humanos en los huesos. Seguidamente pasamos a Bilbao mediante cuadros que reflejan la ciudad hace décadas, diferente a la que existe actualmente pero fácilmente reconocible. De aquí pasamos a Ciudadano con un conjunto de bustos que pretenden reflejar la variedad de personas que conforman la sociedad a través de cabezas de hombres y mujeres con distintas expresiones.

Deseo, Espejo, Friendship, Gruta, Heriotza (muerte) o Iron son otras de las salas que llevan hasta Japón, sin duda una de las más interesantes por los objetos que alberga, y que cuenta con uno de los cuadros Totoya Hokkei: Mujer con taza para sake bajo los cerezos en flor. De Letra pasamos a la Lluvia de Bilbao con sus característicos paraguas negros, enormes, pintados por Juan Carlos Eguillor. De ahí cómo no, a la M de madre y a la N de negro. El multicolor de Ñabar es también uno de mis favoritos, pero sin duda la más impactante es la sala de Retrato. Una multitud de ellas llenan las paredes: distintas épocas, distintas personas, pero casi siempre la misma pose, la misma intención de querer capturar la esencia de alguien.

De ahí pasamos al Sueño y a las diferentes combinaciones de sonidos que se hacen en euskera con la T: TS, TX o TZ, para llegar al azul con Urdin, a la Vida y a la guerra con War. La X en este caso se interpreta como una cruz o una intersección que hace la propia letra. Finalmente llegamos al Yo con los autores que se retratan a sí mismos y al puente con Zubi. Un puente que representa el punto de encuentro entre la ciudad y el arte que la captura.

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