Loving Vincent

Esta película es en sí misma una obra de arte. No solo por estar compuesta por multitud de ellas, sino por la forma en la que está hecha: decenas de artistas pusieron sus manos a trabajar para recrear las escenas más famosas creadas por Vincent Van Gogh y llevarlas a la gran pantalla. Su técnica, sus colores y el movimiento que éstos evocan al mirar sus cuadros son regenerados en Loving Vincent para contar qué fue lo que le pasó realmente al pintor neerlandés.

La cinta comienza cuando el cartero habitual de Vincent, Roulin, le encarga a su hijo Armand que le lleve Theo, el hermano del pintor, la última carta que éste le escribió antes de morir. A pesar de no estar contento con el encargo y de no tener buen recuerdo del artista, se encarga de la tarea a fondo, llegando a lugares y personas que el pintor visitó en vida y que plasen sus cuadros.

De este modo llegamos hasta Père Tanguy, el hombre que le suministraba las pinturas a Van Gogh y que conocía la relación que éste tenía con su hermano y la personalidad del pintor. Éste le explica al hijo del cartero cómo Vincent se mudó a París y lo que sentía al no encajar con los movimientos ni con los artistas entonces predominantes. El viejo le recomienda entonces visitar a la viuda de Theo, ya que es la persona más cercana a la que le puede entregar la carta, al no vivir ya su hermano. Para conseguirla acudirá al doctor Gachet, el médico que trató a Vincent tras salir del sanatorio y que tenía una gran relación con él.

Así, viaja hasta Auvers-sur-Oise, donde le recibe el ama de llaves del doctor, que le informa de que está fuera de la ciudad. Pasará a alojarse en la misma posada en la que Van Gogh pasó sus últimos días, y donde retrató a la joven Adeline Ravoux, quien también le cuenta su propia experiencia con el pintor. Paseando por la zona descubrimos los lugares que visitó y pintó, la gente con la que hablaba y que creaba su propia imagen del artista.

Es entonces cuando Armand descubre ciertas discrepancias entorno a la muerte de Van Gogh. Todo parecía indicar que se suicidó al dispararse en el campo que antes de morir plasmó en Campo de trigo con cuervos. No obstante, una teoría indica que el pintor no se disparó a sí mismo en el estómago, sino que los causantes de la herida fueron unos niños del pueblo. El misterio, sin embargo, continúa abierto.

La majestuosidad de esta película, única en su especie, reside en cómo varios artistas han sabido recrear la técnica de Vincent Van Gogh para llevar a la gran pantalla sus últimas semanas de vida, su tormentosa existencia y los paisajes y personas que le acompañaron en su viaje. Es toda una experiencia visual ver cómo los actores se mueven a través de pinceladas de color, de trazos estáticos que se convierten en movimiento al ponerlos todos juntos. Es una obra de arte en sí misma que merece la pena ser vista y analizada detenidamente para apreciarla como se merece.

Tráiler


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