Juego de Tronos

La serie basada en la novela de George R. Martin mantiene enganchados a millones de espectadores en todo el mundo. Con tan solo 4 temporadas de 10 capítulos cada una, es una de las series más comentadas en Twitter el día de su emisión. Sin duda, el final del primer capítulo es en el que te enganchas. Aunque para gente sensible (como yo) a la que no le guste ver sangre por doquier, le será difícil de aguantar algunas escenas.

La serie cuenta varias historias a la vez, lo cual es parte de su atractivo, pero también hace que te quedes con ganas de saber qué les sucede a los personajes. Sin duda uno de los puntos fuertes es ver cómo evoluciona cada uno de ellos, aunque lo primero que se debería saber es que no te puedes encariñar de ninguno, porque es posible que muera pronto.

Diferentes familias se disputan el trono de hierro, ya que quien se siente en él gobernará los siete reinos. Stark, Lannister, Baratheon o Targaryen son alguna de las casas cuyos nombres deben sonarte para poder seguir el hilo de las historias. No obstante, también hay que tener cierto estómago para ver algunas escenas bastante explícitas.

Más allá de eso, la duración -bastante larga- de cada capítulo puede que sea un inconveniente a la hora de ser constante con esta serie. Personalmente a veces me cuesta seguir el hilo de quién es quién y qué objetivo persigue (también porque el no verla en español afecta), pero en líneas generales tiene capítulos muy buenos que mantienen al espectador enganchado, aunque algunas historias flojean y aburren.