Tan fuerte, tan cerca

Oskar es un niño de 11 años al que le cuesta relacionarse con las personas. Realiza 'misiones' en las que debe descubrir cosas y hablar con personas desconocidas. El padre del protagonista lo encarna Tom Hanks, quien muere en una de las torres el 11-S. Tras esto, el niño encontrará entre sus cosas una llave dentro de un jarrón, y se obsesionará para averiguar qué es lo que abre.

La película pone como pretexto el atentado del 11 de septiembre para contar una historia nada interesante que hace que no sepas qué estás viendo. Lo único destacable es la actuación del niño, aunque en ocasiones incluso me resultó excesiva.

La impresión que me causó es que estaba destinada principalmente a un público estadounidense, y por qué no, neoyorquino, con el único objetivo de emocionarle con el drama de las torres gemelas. Se usa esa tragedia para contar una historia que no tiene nada de interesante, que resulta pesada, insulsa e innecesaria. Al terminar de ver la película sentí que había perdido dos horas de mi vida. Por suerte no pagué por verla porque la ponían en la televisión, porque hacerlo hubiera sido un desperdicio de dinero. 

Los nombres de Tom Hanks y Sandra Bullock son solo un reclamo publicitario. Tampoco entiendo el papel del actor que encarna al abuelo del niño (no es ningún spoiler, es completamente predecible), un hombre que se comunica a base de notas. No la recomiendo.

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