300: El origen de un imperio

Aunque por el nombre pueda parecer que la película cuenta una historia anterior a la de 300, lo cierto es que se sitúa en la misma línea de tiempo, aunque tiene poco que ver con la primera parte. La ambientación y el 'malo' de la película son lo único que tienen en común.

En esta ocasión, el protagonista es el general griego Temístocles, quien trata de unir a las distintas ciudades para construir una gran Grecia. En este caso no se enfrentarán 300 contra mil, sino dos ejércitos, uno de ellos dirigido en el mar por Artemisa.

Esta entrega es más sangrienta que la anterior. Al contrario que en 300, donde se percibía cierto espíritu de combate justificado por parte de los pocos espartanos que lucharon contra Xerxes, en 300: el origen de un imperio, se echa en falta una explicación más detallada de la Grecia que se quiere construir.

Uno de los puntos que me gustó de la película fue el personaje femenino, Artemisa. Explicar los orígenes de ésta y de Xerxes me pareció clave para la trama, pero también para la de 300, ya que entonces no se explicaba por qué el malo era una especie de semidios.

En líneas generales no me desagradó la película, aunque tantas escenas en el mar, tanta lucha y el tono apagado en ocasiones me aburrían.