Revenge

Emily Thorne (Amanda Clarke) es una joven adinerada que alquila una casa en los Hamptons. Pero su intención no es pasar un agradable verano en la costa más lujosa de Nueva York, sino llevar a cabo la venganza contra aquellos que metieron injustamente a su padre, David Clarke, en la cárcel. Inspirada en El Conde de Montecristo, la serie mantiene en vilo al espectador, creando expectativas, intriga, misterio y deseando la venganza de la protagonista.

Revenge es como un culebrón pero con estilo. Se conspira tanto, hay tantas traiciones y amores entre unos y otros, que tiene todos los elementos para engancharse. La tecnología juega un papel clave en la serie, que no sería nada sin Nolan Ross. Se llega a odiar a personajes como Victoria Grayson y a querer a otros como Aiden Mathis. Se pasa mal cuando sientes que van a descubrir la verdadera identidad de la protagonista, quien además lleva a cabo una actuación buenísima del personaje.

A medida que avanza la serie ésta se va sofisticando estéticamente, o al menos esa es mi impresión. Durante las dos primeras temporadas Emily Thorne logra vengarse de algunas de las personas que metieron a su padre en la cárcel. No obstante, el nivel empieza a decaer un poco durante la tercera temporada, aunque el capítulo final es tremendo.

Incluso en la cuarta temporada, que ya parece que no sabes por dónde te van a salir, te siguen sorprendiendo. Demasiados personajes nuevos que luego no tienen nada que ver con la trama principal, resultan claves para el final de la serie. En mi opinión supieron acabarla bien, pero deberían haberlo hecho antes. Aun así ha sido una serie que me ha tenido enganchada cuatro años.

Tráiler de la primera temporada: