Non-stop

Me invitaron al pre estreno de Non Stop y aunque no sabía ni de qué iba la película, acepté ir. Sólo sabía que iba de un avión, posiblemente secuestrado, y poco más. La película podría resumirse ahí, pero la hora y media -aproximada- que dura da para mucho.

Bill Marks es un agente federal alcohólico que tiene que viajar desde Nueva York a Londres. ¿El motivo de su viaje? No se sabe. Ya en el avión comienza a recibir extraños mensajes a su teléfono móvil. La persona que le envía los mensajes amenaza con matar a un pasajero cada 20 minutos sino le ingresan 150 millones de dólares a una cuenta bancaria que tiene como titular al propio protagonista... 

Dejando a un lado que el avión tiene red Wifi (algo que yo aún no he visto en España), y que por lo tanto puede enviar y recibir mensajes desde su móvil, la forma de introducir los mensajes en la película me resultó un poco cutre. De hecho me recordaban a los mensajes que aparecían en el videojuego Kingdom Hearts.

La película comienza incluso suave (no floja) y va ganando en intensidad a medida que se va desarrollando la trama. Cada vez que muere un pasajero la intriga es mayor, y comienzas a especular sobre quién puede ser el secuestrador del avión. Claro que también te preguntas los métodos que utilizan para dar con él, pero bueno, es parte de la gracia de la peli.

Lo cierto es que está bien hecha. En algunos momentos incluso llegué a sentir claustrofobia porque la película transcurre completamente dentro del avión, y eso me agobió. Sin embargo, la explicación o los motivos que dan para secuestrar el avión es un poco pobre. A lo mejor en Estados Unidos cala más, pero aquí, viendo la poca promoción que ha tenido la película, no me extraña que allí sea número uno y aquí no haya oído hablar de ella casi nadie.

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