Sin límites
En Sin límites (2011) Bradley Cooper da vida a Eddie Morra, un
escritor frustrado que no es capaz de tomar las riendas de su vida. El comienzo
de la película muestra a un Bradley Cooper que no estamos acostumbrados a ver,
desaliñado y con pinta de fracasado. Pero el atractivo físico de Cooper se deja
ver más adelante en el film, cuando decide tomar una nueva droga que permite
aumentar el rendimiento del cerebro, aprovechándolo al cien por cien.
De este simple hecho se podría
deducir que la película incita, al menos en cierto sentido, al consumo de
drogas. Mostrando lo que es capaz de hacer el protagonista con esa nueva droga
que le permite aprender idiomas en minutos, escribir un libro en pocos días, o
utilizar la lógica y las matemáticas para ganar mucho dinero (un tópico en toda
regla), se ven los efectos positivos de esta pastilla milagrosa.
No obstante, también tiene su punto
malo, sólo que no se muestra explícitamente en la película. Tan sólo vemos al
protagonista en plena agonía del mono apenas cinco minutos. Se echa de menos
exponer los efectos negativos que dejan las drogas y que podrían reflejarse en
la película, ya que el guión lo permite. Bien sabido es que tomar drogas te
deja sin amigos, sin familia y, en este caso, sin novia. Si le añadimos unos
cuantos malos persiguiendo al escritor, el ritmo y la acción de la película van
en aumento.
Dejando a un lado la vida del
protagonista, cabe destacar la innecesaria actuación de Robert de Niro en este
film. Su papel podría haberlo interpretado cualquier otro actor que diera más
el pego de hombre de negocios sin escrúpulos. Su aparición en la película es un
simple reclamo de nombres conocidos en el cartel.
El desarrollo de la trama es
interesante y entretenido, y mantiene al espectador con ganas de saber cómo va
a terminar. Sin embargo, ciertas alusiones a la mafia y algunas dosis de
violencia dan velocidad a la película, pero con un tono desagradable que no se
observa en el resto del film. Los efectos especiales no están muy desarrollados,
pero son aceptables para distinguir la realidad de los efectos de la droga.
A pesar de mantener un buen ritmo e
intriga durante las casi dos horas la película, el final deja un sabor amargo e
insatisfacción, de no entender muy bien qué está pasando ni porqué.
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